Los hombres también se deprimen, los hombres también se sienten tristes.

En nuestra cultura, el hecho de nacer hombre o mujer trae consigo ciertas características, atributos y actitudes que se espera que cumplamos, o de lo contrario la misma sociedad se encarga de juzgarnos o señalarnos por no cumplir lo que se espera de nosotros. Ahora bien, generalmente se espera que los hombres se caractericen por la fuerza, la creatividad, el dominio, la confianza en sí mismos, la capacidad para tomar decisiones, perseguir y alcanzar el éxito, por lo que si un hombre no cumple con esto, es menospreciado, además, dichos estereotipos contribuyen a que se muestren orgullosos de no temerle a nada, no expresar sentimientos de vulnerabilidad o no necesitar demasiado a los demás.
Lo anterior genera que los hombres desde pequeños aprendan a distanciarse de tal manera de su vida emocional, que se vuelven incapaces de reconocer ciertos sentimientos aun cuando los experimenten y, por tanto, cuentan con pocas herramientas emocionales para superar sus limitaciones, lo que conlleva a consecuencias importantes en su salud mental:
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De acuerdo con el INEGI, los hombres tienen mayor prevalencia de suicidio con 8.9 fallecimientos por cada 100 mil hombres (5, 454), mientras que en las mujeres se da en 2 de cada 100 mil (1, 253).
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De acuerdo con una encuesta a nivel nacional, el consumo de drogas presenta una mayor prevalencia en los hombres con un 4.6 % (1,9 millones) que en las mujeres de 1.3% (594,920).
En los hombres, el consumo de alcohol puede ser utilizado como una forma de contrarrestar el estrés que genera “cumplir” con dicho rol, y de forma frecuente, los hombres pueden ser susceptibles a desarrollar depresión, y el consumo de alcohol puede ser utilizado para enmascararla. Así, el modelo de masculinidad tradicional constituye un factor de riesgo para los hombres, ya que promueve estilos de afrontamiento desadaptativos, como la inexpresividad emocional, la resistencia a buscar ayuda o abusar del alcohol.
Con ello, podemos darnos cuenta que nos encontramos ante una situación alarmante, en dónde cada uno de nosotros puede contribuir a que dicha situación cambie paulatinamente, dejando de lado esos estereotipos, pues no importa de qué sexo se nazca, es totalmente natural que en algún momento nos podamos sentir vulnerables, tristes e incluso pensemos qué ya no podemos más, pero eso no nos hace débiles, al contrario, el aceptar que necesitamos ayuda de un especialista es símbolo de fortaleza pues sólo aquel que es valiente, es capaz de reconocer sus debilidades y aceptarlas. Recuerda, resistirse siempre será el camino más fácil, pero a su vez el más complicado.