¿Miedo o escepticismo? Rompiendo estigmas sobre la psicoterapia

La psicoterapia es una manera de atender la salud mental y emocional. El objetivo de esta es lograr un bienestar emocional, mental, conductual y/o cognitivo en las personas, así como su independencia y aceptación mediante la adquisición de diversas herramientas que le permitan saber cómo responder ante diversas situaciones.
Sin embargo, a pesar de que se ha identificado a la psicología como una disciplina científica y se ha comprobado e investigando la funcionalidad y efectividad de la psicoterapia, aún hay muchas personas que se niegan a acudir a terapia. Pero ¿por qué pasa esto? Algo que se ha identificado como desencadenante del rechazo hacia esta son las falsas creencias o estigmas, que se perciben culturalmente sobre los problemas de salud mental y en especial en los tratamientos mentales, lo que se convierte en una gran barrera que impide que las personas reciban un tratamiento adecuado y oportuno para atender sus problemas emocionales, conductuales o mentales.
Un estigma negativo consiste en actividades negativas o discriminación hacia una persona en función de alguna característica en particular, los cuales suelen ser muy comunes hacia quienes presentan algún problema de salud mental. Estas ideas negativas generan que aquellos que manifiestan alguna problemática mental o emocional sean percibidos como débiles, impredecibles, violentos o incapaces.
El estigma por parte de la sociedad hacia los problemas emocionales o de salud mental, también causan que quien expresa o pasa por alguna situación de este tipo se autoestigmatice, generando que se sienta incapacitado, con sentimientos de humillación, e incluso con miedo al diagnóstico y al rechazo, lo que lleva a las personas a ocultar sus síntomas y a evitar un tratamiento.
Todas estas falsas creencias, estigmas o mitos sobre el tratamiento psicológico se pueden ver reflejados en algunas frases que se oyen con frecuencia, en las que “justifican” los motivos por los cuales no se acude a terapia:
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“El psicólogo me va a juzgar”
Realidad: El espacio de psicoterapia es un lugar seguro, en el que el terapeuta no juzga, escucha y trabaja objetivamente, sin hacer juicios, e intenta comprender el sentir de cada persona.
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“El psicólogo es para locos”
Realidad: Ir a terapia es un proceso que permite entender, reflexionar y modificar algunas conductas, para conseguir una mejor calidad de vida en diversos ámbitos: internos, laborales, escolares, relaciones de pareja, etc. Por lo que, no implica tener algún trastorno, simplemente es un proceso que permite conocerte mejor, así cómo sentirte mejor.
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“Yo puedo solo”
Realidad: Reconocer que existen dificultades que en ocasiones son sumamente difíciles y que por sí solos no es posible sobrellevar, es algo valiente, que permite identificar algunos límites y la necesidad de apoyo, lo que es completamente válido y humano. Sobrellevar toda la carga emocional cuando se habla de un problema mental o emocional, no tienen por qué hacerse solo. Los psicoterapeutas están especializados para apoyar y ayudar en el momento en que se necesita afrontar situaciones difíciles.
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“Todos los que van al psicólogo son diagnosticados”
Realidad: Algunas personas pueden manifestar inquietud ante la posibilidad de ser diagnosticados con algún trastorno psicológico, el problema de esto es el miedo a ser estigmatizados o etiquetados, sin embargo, estos no definen quién eres, así como cada uno los expresa y percibe de diferente manera. Además, cada vez más, las falsas creencias que se tienen sobre las enfermedades mentales se van perdiendo e ir a terapia es un paso para romper con esos estigmas.
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“La psicoterapia es de por vida”
Realidad. Actualmente, una idea errónea muy común es que la psicoterapia es un proceso de por vida, lo que genera rechazo y en especial por el gasto que esto implicaría. Sin duda alguna, es un proceso planeado y estructurado, en el que se estima un tiempo para lograr metas que permitan trabajar en el área específica de interés. Al realizar los objetivos se finaliza el proceso, en ocasiones solo es necesario ir si se presentan recaídas o cuando de nuevo es necesario.
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“El dolor emocional no es tan importante como el dolor físico”