La pandemia y el confinamiento han producido cambios no sólo físicos, sino emocionales que se han convertido en un reto para la salud, debido a que promueven conductas agresivas y violentas. Ambas tienden a producir daños personales o a quienes nos rodean, por lo que la reflexión acerca de esta situación es de suma importancia para ejecutar acciones pertinentes tanto individual como colectivamente.